23 agostos
Una mirada punzante que paraliza el corazón,
Una rudeza que se le cuela en las palabras,
encantados labios carnosos bajo una tupida barba
y sensibilidad que se esconde en el silencio.
Entre los bancos universitarios estaba sentado
haciendo uso de su imaginación.
Compartiendo hierbas se dio a conocer,
mitad doméstico mitad salvaje.
Cacerías de sexo para reconocerse león.
Me resultaba difícil juzgar la naturaleza de su silencio,
saber si lo utilizaba para ponerme a prueba
de una forma que yo no entendía, o
si era sencillamente un reflejo de su estado de ánimo.
8.2.06
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