9.9.07

PRAHA...

Ciudad alucinogena antes ojos sensibles.
Estado de quietud revolucionaria interna.
Ciudad de música, letras y pintura.
Ciudad de cristales, moda y títeres.
Jardines gigantes, casas apiñadas, cielo nublado y garúa fresca.
Flores pequeñas que inundan los colores pasteles de las fachadas.
Estatuas rígidas vivientes que te hablan en silencio.
Puentes que conectan diferentes historias ayudándome involuntariamente a conectar la mía.
Hoy la recorrí caminando sin rumbo.
Encontrando en cada esquina sin ser esquina una respuesta sin que me haga preguntas.
Ciudad de intelectuales que caminaron por donde también hoy dejo mi huella.
Aire que respiro suave como los violines de la orquesta que escuhé en la iglesia,
mientras mis ojos se cerraban y en trance se colaban numerosas imágenes.
Castillos que nunca fueron de arena se levantan imperiosamente en el horizonte.
Y la noche cae y las luces dibujan caprichosamente figuras abstractas que se reflejan y se mueven a cada paso.
Gaviotas que comparten con cisnes el mismo lecho.
Y la gente camina sincronizada sin preocupaciones y pareciese que nadie aquí trabaja.
La cortesía brilla en la cara de cada persona.
Y camino en silencio y miro deslumbrada.
Y me alegra sentir que tengo la misma capacidad de sorpresa que cuando era niña.

Y no me hago preguntas y sin embargo obtengo muchas respuestas.

2 comentarios:

Mariana Soffer dijo...

Perfecta descripcion de un momento

Anónimo dijo...

Más que de un momento, de una ciudad Mariana. Si estuviste en Praga te pasa todo eso y mucho más!!! Brillante vecina!